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miércoles, 30 de octubre de 2013

Encuentro

Caminaba plácidamente por el jardín, recorriendo alegremente el camino por entre los rosales floridos.
La tarde comenzaba a alejarse serena y los últimos rayos de sol hacían ver el paisaje de un rojizo encendido, como encendida estaba mi pasión en ese momento.
Esperaba ansiosa la llegada de mi amado quien  no tardaría en aparecer.
Hacia apenas unos días me había entregado una carta donde me citaba al encuentro y yo no me hice del rogar, ya que mi corazón enamorado ansiaba verlo..
De pronto, dos grandes ojos azules destellaron en el ocaso y se posaron fijamente en mí.
Aquellos ojos azules con los que un día había soñado, y hoy por fin se hallaban  frente a mí.
Quedé paralizada unos instantes, los suficientes para darme cuanta de cuan enamorada estaba.
El rubor  cubrió mis mejillas que ardían, y el frío  se adueño de mis manos que temblaban de emoción.
El nerviosismo en mi aumentó, cuando aquellos ojos se hicieron acompañar de una encantadora sonrisa. 
Mi corazón latía tan fuerte.
De pronto, la suave melodía de una dulce voz que saludaba enmudeció mi corazón y por poco también  mi voz, ya que con dificultad y timidez respondí al saludo.
Era un momento embriagador, sentía como si el aire se rehusara a penetrar en mis pulmones.
De seguro era evidente lo que sentía en ese momento porque aquella exquisita boca no dejaba de sonreír.
El aroma de las rosas perfumaban todo a mi alrededor y aspirarlo era un deleite, pero no mas que el deleite de aquella mano que apareció entrelazándose con la mía y apaciguando el frío intenso que hacía unos instantes congelaba mis dedos.
Poco a poco es frío abandonaba mis manos y un calor intenso envolvió todo mi  cuerpo.
Alcé  la vista lentamente y con gran emoción me vi reflejada en aquella azul mirada que me dejó hechizada…
Al instante mi voluntad me abandonó y sin pensarlo dos veces caí rendida al deseo de besarle perdiéndome entre sus brazos al final del ocaso.
Escrito Por: Beyanira Aguirre.

lunes, 28 de octubre de 2013

Treinta años de lluvia y un día de sol



Caminaba rumbo a mi casa después de un largo y cansado día de trabajo.
Pensaba en mi pobre gata Kitty tan sola todo el día en aquel apartamento frio y solitario.
Durante el día había sentido una extraña sensación, como un dolor  en el pecho que no podía explicar y temía que fuera a enfermar.
Las grandes nubes grises en el cielo, se juntaron, y en cuestión de minutos comenzó a llover.
Por la prisa, había olvidado mi paraguas, así que después de unos instantes ya estaba toda empapada.
Caminaba muy aprisa con la mirada hacia abajo porque las gotas golpeaban mi rostro, mis pies salpicaban en los charcos y el frio hacia tiritar mis manos.
De pronto, abruptamente tropecé con alguien que también corría por la lluvia, levanté rápidamente la mirada y sentí como mi corazón se exaltaba.
No le reconocí de inmediato, pero, cuando un corazón enamorado se ha entregado, nunca olvida, y mi corazón no  se equivocaba, el si sabía quien era.
Su cabello estaba blanco y sus facciones un tanto fruncidas, pero sus ojos, ¿como olvidarlos?, eran los mismos de hace treinta años.
Aun le puedo recordar perfectamente saliendo del salón de clase, su sonrisa al estar con sus amigos y el destello de su mirada que se escapaba de vez en cuando como si me mirase.
Me quede paralizada frente a el contemplándole fijamente… debí parecerle una loca.
Muy educadamente me preguntó si estaba bien, pero yo permanecía muda ante el.
Solo le sonreí esperando  que me recordara, que pudiera ver a través de mi mirada algo que le hiciera recordar a aquella niña de pecas y cabellos entrenzados que le seguía en los recreos, aquella que crecía y buscaba siempre  un asiento junto a el , solo para verle,  pero… no lo hizo.
A cambio solo me devolvió su sonrisa y viendo que yo estaba bien, siguió su camino bajo el aguacero que arreciaba cada vez más.
Yo… me quede ahí, de pie, inmóvil, viendo con tristeza como se alejaba, igual que la primera vez,  cuando por miedo no me atreví a decirle nunca lo que sentía y lo deje ir de la mano de mi mejor amiga.
Hace unos años atrás, me había dado cuenta de un terrible accidente le había dejado viudo, sentí pena y  quise buscarlo, pero, este maldito miedo me freno nuevamente y no pude… ahora comprendo  que  quizás fue lo mejor.
Hoy, un día lluvioso, después de tantos años,  y por esas cosas del destino nos volvimos a encontrar, solo para darme cuenta de que me engañe todos estos años amando al hombre equivocado, viviendo una vida solitaria, y esperando  un amor que nunca llegaría.
Para él  nunca existí, fui una cara más que con el tiempo se olvida… y aun así,  yo nunca lo dejé de amar.
De pronto el maullido de un pobre gato callejero que se resguardaba de la lluvia en un alero, me hizo recordar a Kitty, quien de seguro me estaría esperando junto a la ventana.
Quise mirarle por última vez pero había desaparecido con la lluvia, así que eche a correr esperando llegar pronto a casa.

Es extraño, pero el dolor en el pecho, desapareció también.

viernes, 25 de octubre de 2013

Besos de mariposa



















Cuenta la historia que hubo una niña llamada Valentina,  cuyo corazón se enamoró del hijo de un leñador que vivía en las montañas.
Los  padres de ambos se oponían a esa relación, ya que eran muy jóvenes,  pero todos sabemos que para el amor no hay edad.
El leñador daba mucho trabajo al niño para tenerle ocupado y así olvidase esa idea de ver a la niña. Los padres de la niña, la castigaban duramente cada vez que ella lograba verse con el.
Se  amaba y ambos  sufrían  mucho porque aunque eran muy jóvenes, su amor era puro y verdadero.
El niño cuando tenía una oportunidad, bajaba al pueblo para verla, pero el padre de la niña no permitía que se acercara a su casa, así que el niño se conformaba con sentarse en la rama de un árbol a la orilla del camino y verla de lejos por la ventana.
La niña con su dulce sonrisa se asomaba y le lanzaba de cuando en cuando besos en forma de mariposa, para que pudieran volar a sus labios, mientras que el niño estiraba sus manos y  los atrapaba para guardarlos en su corazón.
Así se amaron por mucho tiempo, lejos el uno del otro.
Todo el pueblo sabía la situación y aunque algunos la criticaban, otros se maravillaban del  amor que los unía aun en la distancia.
Con los años, fueron creciendo, él más fornido, ella más bella y su amor crecía con ellos.
Una mañana muy temprano el niño ya joven, se puso ante su padre y le dijo:
__Padre, he sido obediente a tus deseos, he trabajado a tu lado y he aprendido el oficio  gracias a ti, ahora,  he decidido hacer mi vida y bajaré al pueblo, buscare  a Valentina y la haré mi esposa.
El padre comprendió que su hijo ya era un hombre y aceptó que aquel amor no era un capricho, ya que había podido sobrevivir al tiempo y los obstáculos, así que tomándole la mano le dijo:
__ ¡Ve con Dios hijo!, ve con Dios.
El joven estaba muy contento y su alegría no cabía en su pecho, por el camino recogía cuanta florecilla silvestre encontraba, hasta que formó un hermoso ramo lleno de color y perfume, ramo que pondría sobre las blancas, suaves y delicadas manos de Valentina, su amada Valentina.
Pensaba en ella,  en su sonrisa y en sus besos que no serían ya nunca más  de mariposa. 
Pronto llegó al pueblo, y vio que una gran multitud se reunía.
No sabía que pasaba, así que se acercó para poder ver mejor.
Mientras caminaba hacia el tumulto, algunos que lo veían decían:
__ ¡Pobre chico!
Una sensación extraña se apoderó de él y su corazón se exaltaba sin razón.
Las exclamaciones de la gente y algunos sollozos comenzaron a asustarlo, así que se dio prisa, cuando llegó al centro del gentío no creía lo que sus ojos veían.
El padre de Valentina sostenía a su hija en brazos, mientras que la madre lloraba desconsolada a su lado suplicándole perdón.
Valentina estaba pálida, de sus ojos cerrados brotaban unas cuantas lágrimas y entre sus manos cerradas tenia una nota en la cual estaban dibujados unos besos de mariposa.
El pobre joven estaba atónito y sin pronunciar palabra, solo miraba con horror.
La gente comentaba entre si:
__ No debieron obligarla.
Se dice que  hace algunos años Valentina había enfermado, con el tiempo se volvió de gravedad, pero esto el joven no lo sabía.
El medico había ordenado que  no se le dieran disgustos porque su delicado corazón no lo soportaría.
El padre no conforme con el diagnóstico busco un médico de ciudad, el cual no dudó en verla y esto les llenó de alegría,  lo que no pensaron  fue que dicho médico se enamoraría de ella y la pediría para esposa.
Los padres muy contentos aceptaron, pero Valentina no quería, su corazón era del joven leñador y esto le causó angustias.
Angustias que se hicieron  cada vez más fuertes porque su padre no perdía oportunidad para convencerla de que desposarse con aquel médico era lo mejor, pero  esto lo que hacia era enfermarla más y más.
Lo único que la tranquilizaba  eran las visitas clandestinas del joven leñador que con su amor le hacia olvidar toda su pena y dolor.
Esa mañana, ella había decidido fugarse con el joven leñador, porque sabía que su padre jamás le daría el permiso, pero también sabía que si su padre la descubría no podría hacerlo, así que  sobre una nota en blanco dibujo unos  besos de mariposas, que  le entregaría si no pudiese irse con él.
Cuando el joven supo las razones de su muerte perdió la razón y tomando la nota corrió por entre los montes hasta perderse de vista entre las montañas, dejando sobre el cuerpo de Valentina el ramo de flores que había cortado para ella.
Desde entonces nadie le volvió a ver.
Se dice que cada mañana, al cumplirse un aniversario más de la muerte de valentina, miles de mariposas cruzan por el pueblo pasando frente a la ventana de la joven, y  que algunas se posan en la rama donde una vez se sentara el joven leñador.


Aun hoy, cuando se cuenta la historia, los que los conocieron no pueden evitar llorar.
Escrito por: Beyanira Aguirre

martes, 22 de octubre de 2013

Dos corazones


















Eran las tres, la estación estaba llena de gente que esperaba ansiosa la llegada del tren.
Yo me encontraba en la orilla de la estación , esperando también. 
Durante muchos años estuve soñando con ese día y por fin había llegado, las manos me temblaban y mi corazón latía tan fuerte que se podía escuchar a kilómetros.
Hace muchos años , siendo muy joven , inexperta y con falta de experiencia , tube miedo, mucho miedo y no encontré el valor, así que solo me aleje olvidando a mis espaldas lo que después de muchos años comprendí, seria mi única razón.
Fueron muchas las noches que no dormí pensando en mis errores , aquellos que me siguieron cada día.
Lloré y escondía mis lagrimas entre falsas sonrisas, pero en la soledad solo me ahogaban más.
Nadie conocía el motivo de mi tristeza y no me importaba porque mi corazón si lo sabia y me lo reprochaba cada vez que podía.
El viento frió hacia un poco mas dramática la espera y solo anhelaba tenerle en mis brazos y apretarlo con fuerza, sentir su piel y aspirar su aroma, que aunque había pasado ya mucho tiempo, era lo único que no había podido borrar de mi.
No sabía como me miraría , ni como sería su sonrisa , o peor aun , ¿me aceptaría?, ¿seria yo acaso de su agrado?, eran unas de las muchas preguntas que volaban por mi cabeza.
Apenas si tengo un bago recuerdo de cuando lo tuve entre mis brazos por vez primera, antes de ...
La tarde era fría y gris y todas las personas que ahí estaban , tenían puestos gruesos abrigos y bufandas de colores , ya que el frió se intensificaba más, mientras mis pensamientos me traicionaban.
Mis malas acciones, mis equivocaciones, aquellos terribles errores que me marcaron, venían uno tras otro en secuencia devastadora, haciendo estremecer mi alma al punto de casi llevarme las manos al rostro y llorar no solo de tristeza sino de vergüenza.
Sin duda no me alcanzaría la vida para perdonarme y no me importaba , porque lo que realmente me importaba era si él me perdonaría.
Me encontraba sumergida en un poso de dudas y miedos cuando un sonido estrepitoso me hizo volver de mi mente alejada por el sin fin de imaginaciones que se apoderaron de mi durante aquel tiempo.
Era el tren , al fin se acercaba disminuyendo su velocidad.
La gente se amontonaba para recibir a los pasajeros y yo me abría paso entre ellos, no podía contener mi nerviosismo , miraba a los pasajeros bajar de uno en uno, cada quien buscando entre la multitud a sus familiares.
Mis ojos inquietos buscaban alguna señal de él entre las siluetas presurosas de la gente, ya no le recordaba físicamente, pero eso no impedía que le buscara....de pronto, mi corazón dio un salto como si me avisara algo y rápidamente dirigí la mirada a la ultima puerta del ultimo vagón del tren y vi como descendían  unos  pies.
¿Como supe enseguida que se trataba de él?, bueno, la sangre es un lazo muy fuerte y mi corazón no me engañaba.
Me sentí paralizada, quería correr a su encuentro, pero ambos pies permanecían inmóviles , sujetos al suelo.
Mi corazón saltaba incontrolable y el bullicio de la gente se silenciaba , mientras se acercaba a mi.
La multitud se paseaba entre ambos y no podía divisar su rostro, solo de cuando en cuando veía como aquellos  pies se iban acercando por en medio de la gente.
Habían pasado casi 12 años y ahora , estos segundos me parecían toda una vida.
Con cada paso mi corazón traía a mi, incontables miedos, miedo al rechazo, al odio, al dolor.
Poco a poco la gente se fue desvaneciendo entre ambos y pude ver con gran tristeza , dos hermosos ojos azules que me miraban  des conocidamente, como si no le importara el quien era yo  .
No podía juzgarle, realmente para él yo era una extraña que aparecía de repente en su vida , así, sin avisar, no podría esperar otra cosa que no fuera su indiferencia.
Agarrado a su mano estaba ella, la que lo cuido en mi ausencia , la que lo vio crecer y a la que sin duda le dolía esto más que ami.
No se quien estaba mas asustada, si ella porque temía perderle, o yo porque sentía que hacia mucho tiempo le había perdido ya.
Nos quedamos mirando por unos instantes, los mas silenciosos de mi vida, ella con sus ojos llenos de lágrimas que se rehusaban a salir , y yo con mi cara llovida porque no pude contenerme.
El sostenía la mano de ella mientras le preguntaba quien era yo
Con una voz suave y tierna ella se disponía a contestar , pero la detuve, sentí tanto miedo por lo que pudiera decir que no la deje hablar.
El solo me miraba , pero su mirar era tan vacío, buscaba en ellos el indicio de algún recuerdo que me acercara a él pero no pude encontrar nada, para el yo solo era eso , nada, con tristeza supe en ese momento que  me había olvidado.
Comprendí entonces que no tenía caso aparecer en su vida y cambiar todo en su mundo, el cual sin duda era feliz, estaba hermoso, grande y sano, lleno de sueños y esperanzas, cosas que yo no ayude a que tuviera y por supuesto, no le quitaría.
No seria egoísta una vez mas arrebatando su felicidad  y  por primera vez haría lo correcto, le contemplaría asta memorizar su rostro y lo guardaría en mi corazón para llevarlo con migo al marchar.
Voltee mis ojos hacia ella y con un gesto de gratitud me despedí no sin antes acercarme un poco mas a el y  besarle la mejilla.
Acaricie su rubio cabello y me aleje, dejando en ese lugar un trozo de mi alma que se rehusaba a perderle, no sabiendo que desde el primer momento en que lo deje , ya lo había perdido para siempre.
Había caminado unos cuantos pasos, cuando le escuche decir:
___¿Quien es ella madre?
Aquella palabra retumbo en mis oídos y golpeo mi corazón.
Me detuve abruptamente y pensé ... Como una palabra tan pequeña podía doler tanto para quien había perdido el derecho y como enorgullecía a quien con dedicación , amor y desvelo la había ganado, convirtiéndose en un lazo más fuerte que la misma sangre.
Retomé mi camino en el mas solitario de los silencios y me alejé tan pronto como pude, no sin antes escuchar ....
___Nadie hijo .... ¡ven!, 
Ambas lo amábamos , ella para continuar a su lado, cuidándolo y amándolo y yo, para dejarlo ir y que fuera siempre feliz.


Escrito por: Beyanira Aguirre.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un Viaje Maravilloso

En las afueras del pueblo, vivía una  hermosa niña de cabellos rojos y agradable sonrisa.
Era obediente a su madre y muy limpia, cuidadosa con sus cosas y siempre estaba de muy buen humor.
Su nombre era Betty.
Tenia un solo amigo, al cual llamaba Pepe, este le acompañaba a todas partes: el parque, la plaza y la casa de la abuela.
Por las noches dormía muy acurrucadita a él, no sin antes decir muy cuidadosamente sus oraciones.
Pepe era un bello oso de felpa rosa, aquel bonito regalo que le diera su abuela un día, cuando aun ella era una pequeña bebe.Desde entonces Pepe no se separaba de ella , ni ella de el.
  Su madre era una mujer amorosa y se preocupaba mucho de que Betty pasara mucho tiempo con aquel oso, ya que no tenía mas amigos que él. La abuela por su parte le tranquilizaba acordándole que ella alguna vez también fue niña y tuvo amigos imaginarios que desaparecieron al crecer.
Por su parte Betty  no necesitaba a nadie más, mientras  su querido Pepe estuviera a su lado, ella era feliz.
Pronto llegó el día  del cumpleaños de Betty, y  en la casa todos corrían de un sitio a otro muy felices preparándose para la celebración.
No solo celebrarían el cumpleaños de Betty, sino también el hecho de que al día siguiente  iría por primera vez a clases y de seguro conocería a muchos otros niños y niñas con quien jugaría y haría amistad.
Betty estaba muy feliz y le decía a Pepe:
__¡Oíste Pepe!, tendremos nuevos amigos en la escuela.
Pero su madre que la escuchaba, se acercó con amor y le dijo con dulzura.
__No Betty, Pepe ya no podrá acompañarte, cuando estés en clase el deberá permanecer en casa asta tu regreso, Los ositos no van a la escuela, solo las niñas  como tu lo hacen.
Betty se entristeció mucho y vio como la carita de Pepe también estaba triste.
La fiesta fue muy agradable, el patio estaba decorado con miles de globos de colores que bailaban al compás de la música con el viento,  hubo mucho pastel y dulces sabrosos, pero Betty seguía muy triste, no quería separarse de Pepe aunque fuera por muy poco tiempo y sabia que él tampoco quería permanecer alejado de ella.
Esa noche al terminar la fiesta y después de decir sus oraciones como de costumbre, abrazó  muy fuerte a Pepe, cerró sus ojitos hinchados de llorar y se quedó profundamente dormida.
Después de unos instantes , escuchó una dulce voz que le decía:
__¡Betty despierta!
Betty de inmediato abrió sus ojos soñolientos y muy sorprendida vio la carita rosa de Pepe que le sonreía con ternura mientras le preguntaba:
__¿Porque estas triste?, ¿Acaso no te ha gustado el pastel?, ¡mira que bonitos globos y como bailan!
No podía creerlo, ya no estaba en la cama sino  en el patio de la casa, bajo los rallos brillantes del sol y dentro de un cesto que tenía muchos globos de colores atados a él.
El cesto se elevaba muy lentamente el suelo y Betty sorprendida y emocionada preguntó:
__¿A donde vamos Pepe?__ mientras se agarraba fuertemente de los cordeles de los globos ya que el cesto se elevaba tan alto asta tocar las nubes.
Pepe le contestó:
__Daremos un lindo viaje juntos Betty, sera un viaje maravilloso.
Betty estaba muy contenta, desde las alturas podía ver la casa tan pequeña como a una hormiga, el viento remolcaba el cesto por entre las nubes blancas llevándoles de un lugar a otro meciéndolos suavemente.
Dos pequeñas avecillas que volaban junto a ellos, se acercaron para saludarles con sus trinos, mientras Betty reía feliz , podía ver el pueblo entero, la iglesia, la casa de la abuela y...¡La escuela!
Una tristeza terrible se dibujo en su carita y viendo a Pepe comenzó a decir:
__Pepe, yo no quiero ir a la escuela, eres mi mejor amigo y prefiero no ir antes que dejarte.
Betty comenzó a llorar mientras pepe la miraba, tomo su mano y le dijo:
__Betty, tu siempre seras mi amiga, y yo estaré esperando por ti cuando regreses de la escuela, comprende que ahí conocerás a muchos niños con los que podrás jugar y tener divertidas aventuras; aprenderás muchas cosas nuevas que después podrás enseñarme a tu regreso, recuerda que siempre estaré aquí para escucharte.
Betty sollozaba mientras pepe le seguía diciendo:
__Te quiero mucho y te prometo que cada tarde te esperare ansioso para que me cuentes tus aventuras , y por las noches , cuando duermas, volaremos juntos por las nubes en nuestro viaje maravilloso y ¿Sabes que e lo mejor?
__¡No!__ le contestó Betty con su carita llovida en lágrimas.
__Lo mejor es que podrás invitar a tus nuevos amigos  en tus sueños a que viajemos juntos  para gozar de  las muchas aventuras que tendremos cuando volemos en las nubes en nuestro viaje maravilloso, ademas no debes preocuparte por mi, no me sentiré solo en tu ausencia, porque se que al final del día estaremos siempre juntos.
Betty se sintió mas tranquila después de escuchar todo lo que Pepe le dijo y comprendió que la escuela no estaría mal, que Pepe no se sentiría solo y lo mejor, que tendría muchos amiguitos nuevos para jugar.
Durante el resto de la noche, no hizo mas que disfrutar del viaje en compañía de su inseparable amigo Pepe, quien le ayudó a darse cuenta de que los unía una gran amistad.
Sobre la cama, abrazada fuertemente a su osito de felpa rosa, duerme ahora la pequeña Betty, con una sonrisa en sus labios y mucha alegría en su corazón.
Creado Por: Beyanira Aguirre.

domingo, 30 de junio de 2013

¿Realidad o Fantasía?

Hoy descubrí con gran tristeza que por más que me empeño en ser una mejor persona, no logro serlo....
He tenido que aceptar y reconocer con gran tristeza que toda la vida que he vivido se ha basado en fantasías que mi misma mente ha creado solo para evitar que me duelan las heridas que me dejo el pasado, y que esas heridas hacen que aveces actúe como un verdadero...¡ monstruo!

He vivido casi media vida y aun me encuentro perdida entre lo que es real y lo que no lo es.
No se cuanto pueda soportar vivir esta farsa que todo el mundo ya conoce, y  que la que se niega a aceptar y sigue creyendo en ella... soy yo.
Ahora comprendo porque siempre estoy triste y porque con la más mínima cosa rompo en llanto.
Ahora entiendo porque miento y porque finjo lo que en realidad no siento.

Estoy atrapada en mí misma y el miedo a vivir con intensidad me priva de la libertad que durante tanto tiempo he anhelado ... y que tal parece , sin darme cuenta me resigné a perder.

Cada vez que dejo escapar mi mente, aunque mi alma siga en cautiverio, ésta me traiciona, dibujando para mi en mi pensamiento un mundo diferente del que de verdad llevo , y al despertar...me decepciona cada vez más.

Hoy... antes de dormir lloraré, y mañana, quizás nuevamente finja que solo fue un mal sueño lo que hoy con estas letras les he dejado aquí.
Creado Por: Beyanira Aguirre.

miércoles, 26 de junio de 2013

Una esperanza con cada nuevo día



Hecha una mirada en tu interior, no temas mirar mas allá de lo que encierras en ti mismo...

Mira con cuidado cada  espacio que creías vació y comprueba con tus propios ojos que la soledad solo es un estado pasajero y que el vació que creías tener, es solo una necesidad transitoria de algo que anhelabas y que sin darte cuenta. siempre tuviste contigo.
Hecha una disimulada mirada si lo que te preocupa es que te vean reconocer tus errores ...pero no olvides lo mas importante de la vida... "Con cada mañana comienza un nuevo día y con cada día una nueva esperanza".
Mientras respires, podras reparar aquello que dañaste sin saber y si no tiene arreglo... no sufras, comienza de cero otra vez.
Por Beyanira Aguirre 

domingo, 7 de abril de 2013

Corazón de Madre...

El corazón de una madre guarda no solo  los buenos deseos para con sus hijos sino,  aquellas lágrimas santas cuando como hijos le hemos desobedecido, y el perdón con el cual borra nuestros errores para seguir amándonos.
El corazón de una madre es tan infinito como el universo mismo y tan incomprensible, porque aun con el mas grande de los desprecios  encuentra la forma de Amar y perdonar.
Doblega los temores aun así este asustada y calla  sabiamente cuando no hay nada que decir.
El corazón de una madre no se limita aun trozo de carne latente, sino que se expande mas allá de la negación a si misma hasta alcanzar la perfección del amor.  
El corazón de una madre es un misterio que Dios dejo en esta tierra y solo se nos es revelado en el momento que nosotras mismas nos convertimos en madres.

Por Beyanira Aguirre.

sábado, 6 de abril de 2013

Hermanos
















Hermano... querido hermano, recuerdas aquellos días soleados en los que solíamos jugar en el campo. Como corríamos por entre los pastizales y las flores, haciendo volar a las mariposas que se hallaban posadas en ellas, o aquella ocasión en que jugando a  las escondidas te perdiste entre los matorrales y yo te encontré.
Fue un pequeño susto del cual no parábamos de reír... ¿Lo recuerdas?
Yo si  hermano de mi alma, yo si lo recuerdo y todavía rió al recordarlo.
Cuando compartíamos risas y juegos así como alguna pelea  en la cual mamá intervenía siempre con su dulce sonrisa, para que hiciésemos las pases.
¡Que tiempos aquello!...inolvidables sin duda, tan llenos de vida como la primera vez, pero.... solo hay una cosa que no logro recordar y quizás tu sepas y puedas hacérmelo saber... 
Recordar el día en que te lastime tanto como para que ahora hallas decidido olvidarme.


Escrito Por: Beyanira Aguirre.

"Relato inspirado en aquellos hermanos que se distancian  y con el tiempo olvidan el motivo por el cual se distanciaron y anhelan reencontrarse "



viernes, 5 de abril de 2013

Hilos y agujas




Recuerdo a mi abuela, una hermosa señora de años, ¿Cuantos?, no sabría decir con exactitud, pero si les diré que era la mejor mujer del mundo.

Siempre seria, trabajaba mucho  y casi nunca sonreía  tuvo once hijos y a todos amo como a uno solo.
Estaba enamorada locamente de mi abuelo y cuando el se fue, ella sufrió mucho.
El no se fue porque quiso, la muerte se lo llevo contra su voluntad.
Esto le afectó muchísimo, creo que tanto así que envejeció diez años instantáneamente con su partida.
Después de sus quehaceres se sentaba en su vieja silla, creo que tan vieja como lo era ella...  y se ponía a coser.
Sus manos siempre laboriosas no podían estar quietas, lavaba, cocinaba, limpiaba y cocía  hacia sabanas , cobijas y remendaba los calcetines agujerados de sus hijos...
Era una artesana sin darse cuenta lo valiosa que era en verdad.
Una noche comenzó a toser, era una tos seca y majadera como ella decía.
Casi no dormía y aun así se levantaba con las primeras claras del día.
Yo en mi cama , podía escuchar el rastre de sus viejos zapatos en el piso de madera, los cuales solo asomaban sus puntas bajo la larga falda café que era su favorita.
El ruido no me molestaba , al contrario , sabia que a mi despertar , el olor a café fresco y deliciosas tortillas en el comal me estarían esperando.
Era muy hacendosa y nunca se le miraba quieta, corría de un lado al otro en la casa buscando que hacer, sumida en sus pensamientos...
Creo que de alguna manera el estar así, le hacia menos dolorosa la partida de mi abuelo.
En las noches frías siempre teníamos cobijas extras porque ella no paraba de coser.
Una noche no tomo sus hilos ni agujas, solo se sentó en su vieja silla, miraba con cierta tristeza el techo y recorría con su mirada todo a su alrededor, yo entre a la habitación y ella ni siquiera se percato de mi presencia.
estaba muy  sumergida en sus pensamientos, sentí un poco de temor ya que nunca le había visto así.
Después de unos instantes se dio vuelta y me miró, yo quede de pie ahí  mirándola , una leve sonrisa se dibujo en sus labios y extendiendo sus brazos me pidió que me acercara.
Me acerque y en ese momento me dio un abrazo tan fuerte que casi me sentí ahogar.
No entendía lo que le pasaba, pero me sentí tan bien en sus brazos, cálido,  suave , tan lleno de amor, y su sonrisa, me sentía privilegiado al ser el primero en verle sonreír.
Yo cerré mis ojos y  la abrazaba también, así duramos no se cuanto tiempo, cuando alce la cabeza para verle , vi que dormía  no quise despertarla, así que le puse sobre sus piernas  una de las cobijas que aun no había terminado de coser pero que era la que estaba mas cerca en ese momento, y me fui a dormir.
Unas horas después el llanto de mi madre me despertó abrupta mente  y corriendo hacia el cuarto de mi abuela vi que todos lloraban a su alrededor.
No entendía lo que pasaba , mi madre me vio y corrió a abrazarme , cuando lo hizo yo la mire y le dije.....   Creí que dormía.
Han pasado los años y el recuerdo que me traen cada vez que tomo en mis manos hilos y agujas , es la ultima y bella sonrisa que me regalo mi abuela antes de morir.
Escrito Por Beyanira Aguirre

Quiero amarte.


























Quiero amarte cada mañana y sentir que vuelo en tus brazos....
Quiero amarte desde que comienza el día hasta que anochece y sentir tus caricias desnudas sin temor ni pena.
Verme reflejado en tu mirar y escuchar el latir de tu corazón enamorado.
Envolverme en tus cabellos y respirar tu aliento, hacerte mía en amor y sentimiento.
Quiero amarte  y dormirme con tu arrullo, no despertar hasta que  el sol este en lo mas alto del firmamento y finalmente perderme en ti....
Quiero amarte como nunca antes había amado en esta vida.


Por Beyanira Aguirre

Florecita


Erase una vez una hermosa mujer, cuyo corazón no había conocido al amor.
Gustaba de pasar horas en su jardín cuidando las flores mas exquisitas que se puedan imaginar y a cuanto galán se le cruzaba por el camino tratando de enamorarle, con frialdad le respondía un no.
Un día su corazón bajo la guardia  y sin darse cuenta se vio envuelta en lo que sería  su perdición.
Se había enamorado de un joven  que le bajó con sus propias manos el sol, la luna y las estrellas.
Pasaron muchos días y el amor en su corazón florecía como su hermoso jardín, tanto así que segaba su razón.
El joven le amaba y ella le adoraba.
Una noche plateada, bajo los efectos embriagantes del amor y al calor de la pasión, la florecita se entregó a disfrutar el dulce sabor del placer....
Al día siguiente quedaron en verse en un pequeño santuario, para fundir así aquel amor que les quemaba y unir sus almas frente al único testigo... el ocaso.
Ella emocionada espero aquel día con tantas ansias..
Por fin el día  llegó y  ella ataviada de blanco, esperaba impaciente el momento anhelado.
El reloj daba su marcha incansable sin mirar atrás, de pronto, un niño cruzo el jardín asta estar frente a ella, traía entre sus manos una flor , en su bolsillo una carta y en sus ojos la impresión de una fatalidad.
La joven sintió una extraña y  escalofriante sensación  que recorrió todo su cuerpo desde los pies a la cabeza.
Temblorosa tomo la carta y la flor; con sus bellos e intranquilos ojos ,poco a poco fue descubriendo  las letras en aquel papel, mientras  se derramaban de tristeza y mas que tristeza , desamor.
El canalla se había marchado rompiendo así  su promesa, había robado impúdicamente su inocencia y matado de un solo golpe  todas sus ilusiones y sueños.
El sol, la luna y las estrellas , todas ellas en aquel instante habían perdido su candor.
Su dolor era tan agudo que podía sentir su corazón rompiéndose a pedazos dentro de si.

Corrió lo mas que pudo asta llegar al santuario, quería escapar, quería huir, alejarse de todo...... y morir.
En el santuario , su herido corazón no aguanto el peso del dolor y el engaño, esfumándose así como suelen esfumarse los sueños al despertar, se precipitó al suelo del cual ya nunca se levanto dejando sobre su rostro lagrimas y junto a su cuerpo .... una flor.
No tiene perdon quien penetra un jardin para arrancar una flor y dejarla morir...
Por Beyanira Aguirre

Carta de un Adiós..

En esta noche fría y oscura que cobija con su manto negro el valle de mi corazón, estoy  dejando plasmadas en este trozo de papel en blanco, las palabras que mi boca no pudieron expresar cuando lo único que dije tras tu partida fue .... Adiós.
Quizás estén confusas y te cueste un poco leerlas, porque por culpa de unas cuantas lágrimas derramadas, he creado un parchón... pero comparado, mas grande es la mancha de dolor que ahoga hoy mi corazón.
No quiero culparte, no es esa mi intención, no te digo que lo entiendo porque hoy nublada mi razón no puede decir que fue lo correcto o no.
Lo único que entiendo es que estoy sin ti y te extraño...
No quiero aferrarme a un imposible, ni vivir de un pasado que solo me da tristeza, quiero dejarte ir  tanto de mi corazón, como de mi cabeza, no pensarte, no soñarte , no desearte , solo olvidarte.....
He tomado esta pluma, débil como mis emociones , y he escrito todo lo que debí decir frente a ti , pero no tuve el valor y confieso que fui cobarde.
No se si la leerás o la ignoraras, pero en ella derrame no solo mis lágrimas, sino mi ser completo y al cerrar el sobre, serré con el tu recuerdo, no me queda mas que decirte ....Adiós.
Por Beyanira Aguirre

jueves, 4 de abril de 2013

Tras la Ventana.


Hay quienes se limitan a ver la vida como por una ventana, obteniendo así la protección que esto ofrece.
Las diversas circunstancias les han obligado a esconderse tras un cristal y ver pasar el tiempo día tras día y noche tras noche.
El temor al fracaso les ha encerrado el alma y se han vuelto prisioneros de sus propios miedos.
Se conforman con solo ver el ocaso al final del día o la luz de la aurora al amanecer.
Han olvidado lo que es sentir bajo sus pies el camino, lo que es tropezar  y levantarse con una sonrisa, porque sus rostros siempre están serios.
Ya no recuerdan la ultima vez que miraron a alguien a los ojos , o que alguien les miró a ellos.
Habitan bajo la sombra de su soledad y solo abren la ventana de cuando en cuando para respirar, y no morir por asfixia.
Aunque en muchas de las ocasiones ... prefieren morir antes de exponerse a lo que llamaron algún día vida..
Por Beyanira Aguirre.

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martes, 2 de abril de 2013

El espejo de la vida

Hoy comprendí que no se vive completamente si no se perdonan las equivocaciones y los errores.
Si no se sanan las heridas y se olvidan las ofensas.
Si no se ama sin resentimiento y lo mas importante... si no soportas tu propio reflejo al mirarte al espejo.
Solo cuando te hayas  liberado de todo aquello que te opaca y obstruye tu paso por la vida, podrás avanzar a la felicidad y la paz.
Solo cuando te hayas  perdonado a ti mismo, haciendo a un lado el orgullo y mirando con  los ojos de la compasión a los  demás...  solo así comenzaras el verdadero viaje que tanto anhelas.
Por Beyanira Aguirre.

Valentía y Desición

Se que muchos en algún momento de la vida hemos tenido que tomar decisiones que nos ponen en una cuenta final, y no nos dan tiempo de pensar si será la correcta o no, pero aun así , nos llenamos de valor ya sea para tomarla o enfrentar las consecuencias... Cualquiera que sea la decisión  hay que ser valiente... aunque por dentro el miedo sea nuestra única compañía. 
Por Beyanira Aguirre.



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Adiós inminente

Lloran nuestras almas al decir  adiós, al separarse tan abrupta-mente la una de la otra.
Lloran torrentes al sentirse tan solas y saber que aquello que un día las unió tan fuerte  hoy yace tan débil y frágil, 
En medio del frió  y la incertidumbre trataron de aferrarse, se buscaron en la oscuridad de la noche y no pudieron encontrarse.
Un rose, un solo rose hubiese sido suficiente para calmar la angustia de su interior ....
Nos cubrió la gris soledad y ahora no queda nada.
Por Beyanira Aguirre

Amor de madre

La luz brilló cuando por primera vez mire tus ojitos.... y la risa tuvo sentido cuando  me sonreíste.
El amor dio un giro inesperado y se engrandeció, cuando por primera vez te tuve entre mis brazos y una lagrima cristalina brotó de mis ojos por la dicha de tenerte.
Te convertiste en mi alegría y en mis miedos..
Alegría porque  ahora tenia una razón mas fuerte para vivir ...  y mis miedos , porque al levantar la mirada y ver a mi alrededor este mundo, supe que un día me dirías adiós para  emprenderte  por la vida y que  tendría que hacer un gran esfuerzo por prepararte,  para que en mi ausencia pudieses vivir en ella.
Lamento cada instante que no aproveche a tu lado, aquellos segundos que hoy me hacen tanta falta.
Pero me siento tranquila, porque se que  eres feliz y que no me dijiste adiós , sino asta luego...
Por Beyanira Aguirre

domingo, 31 de marzo de 2013

Sanando heridas

Aveces llevas guardado en tu corazón por mucho tiempo sentimientos que deseas sacar de una u otra forma y no te atreves a hacerlo por temor a no ser comprendido, o algunos son tan terribles que no lo haces por no herir a nadie... pero, y tus heridas??? 
Sácales, no importa el que dirán  y si a alguien  hieres, dale tu mano y ayúdale a sanar, pero no mueras por dentro cada día con algo que guardas en tus adentros pudriendo tu alma hasta extinguir tu luz.

Por Beyanira Aguirre.





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Un nuevo día espera por tí...


Nada esta perdido aun, mientras respires, mientras sientas un poco de optimismo, mientras sepas escuchar... Afuera hay un mundo bello, aun cuando los problemas empañen tu vista y no te dejen ver con claridad.
Basta con que saques la cabeza del agujero en donde te encuentres y aspira profundamente.
No pidas permiso a un pie para mover el otro, invítate tu mismo a vivir y sal, el día tiene 24 horas y todas ellas algo nuevo que ofrecer... no te niegues a recibir lo que ella te ofrece con cada amanecer.



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                                        Por Beyanira Aguirre.

sábado, 30 de marzo de 2013

La Espera

Me dijo que no tardaría, tomo su abrigo y secando las lágrimas  de mis ojos se despidió con un beso cálido que aprisione en mi alma.
Mama lloraba calladamente a espaldas, no quiso verle partir así que yo lo despedí por las dos.
Le mire penetrar en la bruma de la noche, por en medio de la callejuela que desaparecía con la oscuridad.
Cuando serré la puerta me dirigí a la ventana y desde ese entonces me refugio en uno de los rincones cada noche esperando ansiosa su regreso.
Mama llora siempre... no entiendo porque, él dijo que no tardaría.
He colocado una vela en la ventana, creo que así le sera mas fácil encontrar la casa en la oscuridad.
Para hacer mas corta la espera, juego con minina, mi gatita, ella disfruta de perseguir el reflejo de mi mano a la luz de la vela.
Al principio era divertido... pero ahora es cada vez menos gracioso y minina parece también estar cansada...
En las noches frías me cobijo con una manta, mama insiste en que me acueste, que peligro pescar un resfrío, cuando le digo que no porque él puede llegar y encontrarme dormida... llora y se aleja.
¿Porque llora?, he querido preguntárselo  pero no me atrevo, prefiero mirar a través del cristal y esperar...
En las noches cálidas, en las noches lluviosas y en las solitarias, le espero... el dijo que no tardaría...
Aveces mis ojitos cansados no aguantan mas y sin darme cuenta se quedan dormidos, cuando despierto, estoy en mi cama y corro por toda la casa en su búsquedad,  quizás aya  llegado y me encontró dormida.
Cuando no lo encuentro me siento tranquila porque se que aun no ha llegado y podre esperarlo, esta vez no me dormiré y cuando llegue le llenare de besos.
Un hombre se acerca por entre las sombras, ... ¿será él?, no logro verle bien pero.... no, no es, ha pasado de lejos.
Mama insiste en que me retire de la ventana, esta vez me lo pide casi suplicando, miro sus ojos tristes , muy tristes en verdad...él dijo que no tardaría....
Me extendió su mano y la tomé, le pedí que minina se quedara en mi lugar y que no apagara la vela, me llevó a la cama me arropo con ternura y con mi mano seque su rostro lloroso mientras le decía ya casi al quedarme dormida... él dijo que no tardaría.
Por Beyanira Aguirre.

jueves, 28 de marzo de 2013

Mi propia historia


















Hoy decidí escribir mi propia historia, sin puntos, ni comas.
Donde los éxitos se escriban con mayúscula y los malos eventos sean párrafos de no mas de dos renglones.
Donde no existan signos interrogantes y si muchos de admiración que evoquen a la alegría.
Donde los puntos suspensivos sean solo para tomar un respiro y avanzar, y cuando llegue él momento, solo cuando sea necesario, ponerle un punto y final.
Por Beyanira Aguirre

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